El verano me pone muchas trabas a la hora de publicar en el blog, ¡pero creo que hoy ya si podré publicar por fin! ¡YUPI!
Hace más de un mes mi madre llegó a casa con una noticia que me dejó ojiplática.
Su amiga y compañera de trabajo se había enterado de que estaba haciendo cupcakes y quería tenerlos en su boda!
No me lo podía creer. Mis dulces en medio de una boda. Dulces en cantidades industriales. Ni siquiera podía imaginar que quedarían así:
¡El pedido era enorme!
100 cupcakes, 50 galletas y una tarta.
Nunca había horneado tantísimas magdalenas, y reconozco que me daba una pizca de miedito que no me diese tiempo a hacerlas todas... y si las hacía con demasiada antelación se pondrían duras.
Por suerte, horneando poquito a poquito...
... y utilizando tres modelos de cápsulas para cupcakes (compradas por internet en LaTartienda)...
... conseguí todas las cupcakes de vainilla que necesitaba en una sola mañana.
¡Yupi!
Y ahora la parte bonita... ¡A DECORAR!
Empecé con la tarta de cebra.
Cebra re-cebra, que por dentro también era de zebra cake.
Y además estaba cubierta y rellena de ganache de chocolate... ¡¡Hmmmmm!!
¡Ay! Qué miedito le tenía al lazo.
Y la de veces que tuve que repetir cada trocito... aaaay... se me espachurraban cuando colocaba el siguiente, soy una manazas jajaja.
Bueno, al final no quedó tan mal, ¿no?
Con la tarta de 20 centímetros de diámetro preparada, me puse manos a la obra con los primeros 25 cupcakes.
Una capa de buttercream, una placa de fondant blanco texturizado con espirales, y flores de varios tamaños de color morado.
Quedaron espectaculares. Secillas y elegantes. Me apunto el diseño para futuras decoraciones.
Para este modelo utilicé las cápsulas blanquinegras pensando en utilizar las rosas para las de cebra, otro detalle que creo que hizo que la mezcla de colores fuese aún más armoniosa.
Mi hermana estuvo echándome una mano con el texturizador y haciendo flores, y como también es muy cocinera y bastante creativa se animó a hacer esta cupcake tan original para regalársela a una amiga :)
Llegó el turno de las galletas. Mariposas, corazones, vestidos y tartas de boda.
¡Qué bonito todo! :)
Para los corazones utilicé fondant texturizado y perlitas de anís.
Y para las tartas fondant de vainilla. A la mital le puse flores de fondant y con la otra utilicé una nueva boquilla para hacer flores de glasa real. Los adornos blancos también son de glasa.
Para las mariposas y los vestidos de novia usé la ya conocida glasa real y sprinkles para decorar.
Decidí que ya era el momento de ponerme manos a la obra con las 50 cupcakes de buttercream. Desde el principio supe que utilizaría la boquilla 1M de Wilton para hacer rosetones, son una auténtica debilidad para mí.
Preparé un montón de buttercream de cuatro colores (blanco, rosa claro, rosa oscuro y malva) y fui decorando uno a uno los pastelitos de la cápsula morada.
También coloqué un tipo de sprinkles diferente en cada color para darles un toque un poco más especial.
Cristales de azúcar rosa para las blancas, mariposas en las de color rosa claro, perlitas en las cupcakes con rosa oscuro y corazones en las malvas. Todo un despliegue de tonos rosados.
Ahora que por fin había cumplido con este tipo de cupcakes me sentí con fuerzas para componer las 25 restantes: zebra cupcakes.
El primer paso ya lo había realizado el día anterior. Cubrir con una capa de buttercream y fondant no es demasiado complicado...
... pero cuando quise ponerme a colocar las rayas de cebra me entró un agobio terrible, así que tuve que dejarlo para el final.
Aquí se ve cómo se van convirtiendo de lisas a rayadas.
Creo que le cogí manía a las rayas de tantas que hice... jajaja.
Cuando de repente... ¡CLIN! Coloqué la última veta negra.
YMe quedé así, mirando la cupcake que acababa de terminar.
Se me hizo raro no tener más dulces que decorar ni que hornear. Habían sido muchos días prácticamente con ese único pensamiento en la cabeza, y de repente... nada. Qué sensación tan extraña de libertad jajjaa.
Y qué satisfactorio es contemplar la obra terminada :)
Claro, que ahora me quedaba la duda... ¿cómo quedaría todo en la boda?
Un par de pajaritos asistieron y me contaron que los sacaron por la noche y los colocaron en una mesa con otras chucherías para que los invitados cogiesen lo que les apeteciese.
Y no sólo me lo contaron, ¡no, no!. También hicieron fotos :)
¡Ay! Pero qué bonito todo!
Según me dijeron las galletas se acabaron con bastamte rapidez... es comprensible, era lo que mejor se comía, jeje.
Un fallo de los de catering fue no poner un par de cuchillos en las mesas... dime tú cómo te comer una tarta si no tienes nada para partirla... jajaja.
Pero bueno, tengo constancia de que la familia dio buena cuenta de ella los días siguientes para desayunar.
Un mensaje para todos los presentes y futuros devoradores de cupcakes. ¡NO HAY QUE TENERLES MIEDO! No tengáis pena de comer dulces como estos, están hechos para eso ;)
Y por fin publico entrada (¡aleluya!)... por fin puedo ponerme a escribir la siguiente jajaja.
Un beso muy fuerte, golosos.
¡Feliz verano! ;)
