Pues no judguéis estas galletas por su apariencia, ¡que estaban de muerte!
El mes pasado decidí intentar (por fin) la receta de las cookies con pepitas de chocolate. Madre mía, ¡fue todo un pequeño desastre! No estaba en mi casa, no teníamos peso de cocina, ni batidora decente, ni esencia de vainilla... Y encima no sabía que las galletas crecerían tantísimo y se expanderían de esa manera :S
Mirad lo que me encontré cuando me asomé al horno:
... y por eso, queridos amigos, mis promeras cookies quedaron cuadradas, jajaja.
Galletas antes y después de ser horneadas. |
Ya este mes en mi casa, con batidora, con peso de cocina y esencia de vainilla, y siendo consciente de que las galletas pueden crecer hasta límites insospechados, quise volver a intentar la receta.
Todo parecía que salía muy bien.
Ni siquiera le puse pepitas de chocolate por encima como la otra vez, sino que las dejé todas integradas en la masa, para que al apilarlas no se manchasen las unas con las otras.
Coloqué las bolitas de masa más espaciadas en la bandeja para que me saliesen galletas redonditas.
Las metí en el horno.
...
Y cuando más hermosotas se estaban poniendo, cuando empezaban a dorarse los bordes, veo que se empiezan a "desinflar".
¡AY, MADRE! ¡QUE PARECEN TORTITAS DE CAMARÓN!
D-:
De tres bandejas de galletas que horneé, con ninguna conseguí que se quedasen hinchaditas y voluminosas. JO.
En algo habré fallado... Quizá la masa tenía que haber quedado más espesa, o las dejé demasiado tiempo en el horno... No lo sé.
Eso sí: estaban aún más ricas que las primeras :)
Si todos los dulces que me salgan feos van a estar así de buenos, ¡bienvenidos sean!
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¿Me habéis echado de menos? :)
Ya empieza el curso y tengo ganas de hacer dulces. ¡Espero traer noticias pronto!
Un abrazo, golosos ^^.
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